Cuando era pequeña, me pasaba las tardes en la farmacia de mi madre. Mientras Zamora ( que así llamábamos al mancebo, porque era su apellido) atendía a los clientes, yo me entretenía mirando las estanterías. Había algo que siempre me llamaba la atención: los carteles de los productos. Algunos decían «hasta los 6 meses», otros...